Ayer quedé con mi Alter-Ego al fin. Le llamé y le dije que necesitaba hablar con él. Accedió de inmediato y me citó en una cafetería irlandesa que hay a pie de playa en el paseo marítimo. Quedamos a eso de las 20:00 horas, pero llegué una hora antes para poder leer un rato, mientras de fondo cantaba Bon Jovi con la vena hinchada.
-Buenas -su voz me sacó del letargo en el que había caído.
-Hola -le saludé mientras me ponía en pie y le tendía la mano.
-Hoy ha hecho más calor, ¿no crees? -sus palabras carecían de importancia y me preguntaba a dónde quería llegar, hasta que me di cuenta de que era yo el que le había llamado.
-Verás...
-¿No me has dicho nada del calor? -interrumpió Alter llevándose la mano derecha a la frente.
-Ah, sí, sí, más calor -dije con el aturdimiento del que acaba de ser despertado de una siesta de tres horas-. Te he llamado porque necesito aclarar ciertas cosas.
-Aja... -fue lo único que salió de su boca.
-Bueno... Ejem... Veamos... Esto tiene que acabar.
-Hacía mucho que no me llamabas -añadió sin prestarme atención.
-Es que está siendo un mes duro...
-Excusas...
Fue, entonces, y reconociendo que perdí los nervios, cuando me puse en pie, le cogí de la camiseta de Ramones que llevaba y le abofeté varias veces. Su cuidadísimo peinado casual se fue al garete, adquiriendo la forma de un peinadito con raya al lado un tanto retro.
-¡Maldito, hijo de puta! -grité por lo visto, viendo que todo el bar se giraba hacia mí-. ¡Pregúntame, pregúnta qué he hecho estos días!
Alter me miró a los ojos, con un lágrima rosa colgándole del las pestañas (a saber, Alter suele utilizar este truco por ser muy efectista).
-¿Qué has hecho? -obedeció.
-Primero estar en el hospital porque me sangraba el estómago. Tres días después estar en el hospital (ambulancia mediante) porque mi madre se cayó y ha sufrido el golpe en todo el cuerpo; cuatro días después de los tres días después estar en el hospital porque Ella no podía estar de pie y le daba fiebre; ayer, estar en el hospital porque creían que mi hermano tenía meningitis. Y si te he llamado es para decirte que te puedes meter tus insinuaciones, tus súplicas, tus llantos y tus acusaciones por el recto y que, además, si vuelvo a verte en todo lo que resta de mes no dudaré lo más mínimo en ir a cualquier lugar de los Hestados Re-Hunidos, comprar un revolver y asegurarme de que no vuelves a tener hemorroides en lo que te reste de vida.
Debo confesar que también a mí me parece un tanto excesiva mi reacción, pero, en aquel momento, creí que estaba siendo suave como una pluma con Alter.
Ahora sólo espero que respete mi decisión de estar en paz hasta final de mes. En septiembre ya hablaremos. Si no lo hace tal vez no compre ese arma, pero puedo asegurar que le llenaré la casa de pizzas no pedidas.
Drift
Hace 6 meses
6 comentarios:
¿No está Vd. siendo pelín dura, Moreno?
Al fín y al cabo, dónde va a estar más fresquita que en un hospital con la que está cayendo?
Oiga, y la abrazo un rato, que hace días que me falta.
Prima, tómate ¡ya! las vacaciones. Es un poco preocupante todo eso.
eso, unos días de vacaciones al fresco seguro que calman un poco el ambiente.. yo llevo un mes de reacciones como esta y hace el calor mucho más insoportable..
un abrazo guapa
Carmen, cuida mucho lo que comes y evita los disgustos que en verano todo lo acaba sufriendo el estómago.
Dale vacaciones a Alterego y no pienses mucho. Ya sabes, todo pasa. Todo acaba teniendo una salida. Afortunadamente.
Un abrazo muy fuerte.
Oiga, Moreno.
Que ya volví de su tierra.
Qué tengo que hacer para convertirme en gaditano?
Estnom, igual tiene usted razón, pero es que yo tengo playa y me apetecía más, sinceramente.
Primo, sí, vacaciones ya, por dios. Y en ná nos vemos.
Síl, tómese usted también un respiro.
Winsta, comeré solo lo que me gusta (jeje) no se preocupe.
Martin, usted ya es gaditano.
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