"A la hora del cuerpo en el naufragio ambiguo
yo mido paso a paso el infinito."
Huidobro
Me guarde el sueño de la revelación de tus ojos,
donde fuego y ceniza me sacuden
en el aire roto, yo te saludo.
Y en el heráclito río del devenir de la muerte,
acaricien mis manos santuarios de aguas profundas
y la paz de tus gestos.
Gestos en arenas ausentes
y perfumes árabes de las rosas ambiguas,
que te nombren en silencio, te destruyan.
Cuando el naufragio de la soledad
es un alto en el camino
cuando me mientes y te miento,
cuando no hay invierno en diciembre,
cuando el alma avanza y el hombre
es un lobo para el cuerpo.
1 comentario:
Dios mío, ¿cómo no los he visto antes?
¡Eres una joya!
Bueno, ya te lo dije,
¡nena tu vales mucho!
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