miércoles, 22 de noviembre de 2006

UN OPTIMISTA ES UN PESIMISTA MAL INFORMADO

Una tiene conciencia de no ser pesimista, aunque sí muy realista. Y, cuando da su visión del mundo, parece que está dictando una de las tan temidas profecías de Nostradamus. Nada más lejos de la realidad.
Cuando una barra o (como dice mi amigo Nacho), se sienta a ver las noticias, está esperando que cuenten algo bueno. ¿No os ha pasado nunca eso de sentaros ante la tele a la hora de comer, darle a cualquier canal para ver qué pasa en el mundo, y tener la sensación de que, de un momento a otro, va a salir un checheno de debajo de la mesa y te va a tomar como rehén en tu propia casa, esgrimiendo en su mano derecha un bote de laca y en la otra un mechero de esos de las tiendas del euro? ¿O que una riada va atravesar el salón de tu casa, zarandeando un cadáver que, además, te desea buen apetito cuando ve el plato humeante sobre la mesa?
Estoy con Benedetti en eso de que un optimista es un pesimista mal informado, porque, cuando uno se sienta a saborear las delicias de la vida, que en los tiempos que corren se circunscribe casi exclusivamente a la comida (y eso si no es transgénica), se da cuenta de que hay días en los que lo peor de uno mismo son los demás.
¿O se trata tan sólo del guión que unos cuantos crean para amargarnos las magdalenas?

8 comentarios:

MEL dijo...

Las noticias malas te las dan preparaditas y seleccionadas en la tele y la prensa.

Las noticias buenas te las tienes que buscar tú por tu cuenta.

Anónimo dijo...

Pues si, querida Ondina Oceánica. Hubo hace tiempo un programa que se llamó "las buenas noticias"... que duró un suspiro. Sin tripas no se vende la noticia.

Las buenas noticias, como dice nuestro admirado Mel, hay que buscárselas uno mismo (barras as) en alguien que llega y te da un abrazo de esos gratis, de por que sí, de los de sin venir a cuento. Por ejemplo.

Anónimo dijo...

UN optimista es un pesimista mal informado. Esta afirmación querida amiga bien sabes tú que nos daría para más de un café.
Tal vez sea porque una esté mal informada pero soy optimista de naturaleza, ya ves también puede ser porque en los momentos más negros siempre apareció alguien con un poco de luz. Quizá sea porque de todas esas caídas aprendí a levantarme y ser un poco más fuerte. Y sobre todo porque aunque perdí, no dudes que incluso en esas ocasiones algo gané.
O no ganaste usted una cantautora más en su vida?

Anónimo dijo...

Eso decimos en ciencia, Menchu: no hay experimento malo. Como poco sirve... de mal ejemplo.

Anónimo dijo...

Sigo diciendo que los optimistas en cuanto se les informa...
Suerte en Argentina!!!

Carmen Moreno

Anónimo dijo...

Pues yo diría, casi casi como mel, aunque con una diferencia importante, que Las noticias te las tienes que crear tú por tu cuenta. Y sabiendo que no somos islas, que no hay hambre saciada que valga si no la sacia dignamente la anciana del segundo izquierda.

Es cuestión de dar el salto para ser, nosotros, los cocreadores de la noticia que aparece en la pantalla. ¡Y hagamos que sea buena! (aunque lo que es bueno para todos, y malo por tanto para la minoría que puede, los medios lo contarán como algo horrible).

Anónimo dijo...

Qué sorpresa ver que ya había intervenido aquí. Cachis.
Ayer, tras la comida de Reyes en casa de mi hermana, después de cabecear 5 o 10 minutos el vino en un sillón del salón de al lado, me encontré solo en la larga mesa del comedor, despejada ya por manos piadosas, con la madera a la vista, sobre la que me puse a leer Microcosmos de Magris, que una deliciosa sobrina me había regalado.
Gran libro, por lo que vi.

Subrayé, pensando en esta entrada tuya que recordaba, unas palabras del poeta triestino Giorgo Voghera, del que nada sabía hasta ayer (y muy poco sigo sabiendo hoy). Palabras que supuestamente pronunció, según Magris, en el café San Marcos de Trieste.

"En el fondo, soy optimista, porque las cosas acaban siempre por ir peor que mis oscuras previsiones".

Anónimo dijo...

Este último tiene más razón que un santo. Habrá que aprender a leerlo.