lunes, 19 de marzo de 2007

Artículo del Diario

QUIERO CASARME CONMIGO O SURREALISMO PARA PRINCIPIANTES

El surrealismo nació en 1924, de la mano de poeta francés, André Breton, y el padre del psicoanálisis o el sadomasoquismo según se analice la figura de Freud.
Bretón estrechó los lazos entre la locura y la poesía durante la I Guerra Mundial, y parece que, a partir de ahí...
“- ¿Tiene usted algún libro escrito?
- Yo siempre compro los libros escritos (...) Un libro que no está escrito más que es un cuaderno...” (Les Luthiers)
Uno de los presupuestos básicos del Surrealismo es dejar que sea el subconsciente hable, que sea él el que exprese nuestro yo deseado y deseante. “Debemos romper las ataduras a la razón”, decía Bretón y esbozaba una sonrisa ante el espejo, con una abeja sobrevolando una granada un segundo antes del amanecer como pintó Dalí, o susurró un saxofonista de Nueva York el día antes de que la duquesa partiera hacia Berlín y sus alrededores de caramelo de nata.
Hay quien dice que el Surrealismo lo creó ya El Greco, y que Freud sólo señala la importancia de la memoria y el subconsciente. Pero, ¿qué es el subconsciente? ¿No creerán, en serio, que, cuando nos tumbamos en el diván del psicólogo, un pequeño gnomo se despierta dentro de nosotros y cuenta las verdades que no somos conscientes de poseer?
Bretón, quiso descubrir su Superyo a través de las ciencias ocultas.
Si tuviéramos piruletas./ Los dientes largos/ como patas de caballos/ (horses, horses, horses)./Nunca dos lámparas iguales/ distintas luces/ la misma barra./ ¡Qué susto, qué susto,/ quince centímetros de blancura! (Lara http://www.nairobi1976.blogspot.com/ y Roberto http://robertoteran.blogspot.com/ ).
Para acabar suponiendo que la salida no quede demasiado lejos de lo poético, los seguidores del Surrealismo dictaminaron: ...Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas... Ésa fue la definición que aparece en el Primer Manifiesto Surrealista que firmaron Breton y Soupault en1924. Surgió por tanto como un movimiento poético. Pintura y escultura siempre estarían supeditadas a la poesía.
Pero, ¿cómo? ¿Es que no ha visto usted alejarse esas piernas escaleras arriba? Nacho se iba tiñendo de lila la mirada y los pensamientos. En la calle un perro aullaba “Somewhere over the rainbow”, mientras caperucita, que ya había cumplido dieciocho, corría a los brazos del leñador, un sueco de metro ochenta.
Breton expone la psicología surrealista: “el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiviza la realidad sino que forma un todo con ella. El arte, en esa esfera, no es representación sino comunicación vital directa del individuo con el todo. Esa conexión se expresa de forma privilegiada en las casualidades significativas(azar objetivo), en las que el deseo del individuo y el devenir ajeno a él convergen imprevisiblemente, y en el sueño, donde los elementos más disímiles se revelan unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone trasladar esas imágenes a la esfera del arte por medio de un ejercicio mental libre, sin la intromisión censora de la conciencia. De ahí que elija como método el automatismo, recogiendo en buena medida el testigo de las prácticas mediumnímicas espiritistas, aunque cambiando radicalmente su interpretación: lo que habla a través del médium no son los espíritus, sino el Inconsciente.”
-Disculpe, ¿es aquí donde se hace uno surrealista?
-¿Viene usted diagnosticado de casa?
-No, no, pensaba que se encargaban ustedes.
-Usted nos confunde con los culteranistas. Eso es en la puerta de la derecha.
-Pero, es que yo tengo un subconsciente que...
-Todos vienen diciendo lo mismo y luego no es para tanto. Para eso, lo mejor es dormir. Duerma usted, caballero en otro lado.
“Vamos a andar/ en verso y vida atentos...” (Silvio Rodríguez)
Tal vez, uno de los movimientos más incomprendidos, junto con el dadaísmo, de los más interesantes y, por lo mismo, más desconocidos. Surrealistas fueron: Bretón, Dalí, Apollinaire... El surrealista deja de ser un mero transmisor de la realidad que le rodea para convertirse en un creador. Es más receloso e incrédulo, con vocación nihilista (la nada como expresión del todo).
Los surrealistas anhelaban la libertad creadora por encima de cualquier otro presupuesto. Abolían el pragmatismo, la rutina, el peso de la educación, “las buenas maneras”, porque todo eso coartaba al artista.
Para ellos, sólo la locura, el sueño, otro mundo no establecido por los poderes tradicionales, pueden favor al surgimiento de un artista desinhibido. Por eso, muchos se adhieren al marxismo, por huir de las derechas más coaccionadoras. Ellos creen que es éste, el instrumento capaz de crear una nueva sociedad, basada en la igualdad (ingenuos...).
“No leas. Mira las figuras blancas que dibujan/ los intervalos que separan a las palabras de / muchas líneas de libros, e inspírate en ellas./ Dale a los demás a guardar tu mano./ No te acuestes sobre las murallas./ Retoma la armadura que te has quitado/ a la edad de la razón./ Pon al orden en su lugar, desarregla las/ piedras del camino./ Forma tus ojos cerrándolos./ Dale a los sueños que has olvidado,/ el valor de lo que no conoces./ No prepares las palabras que gritas.” (Bretón y Éluard).
El perro de la duquesa, que momentos antes aullaba “Somewhere over the rainbow”, se puso el sombrero, se calzó el puro, y dio un último sorbo a su hueso. Fue así como volvió a la vida real.

16 comentarios:

Lara dijo...

Gracias, trapecista.

Anónimo dijo...

Se lo digo porque sé que no le importa oirlo: Esta Usted como una chota, compañera.

Con esos bronquios que Manitú le ha otorgado ¿Cómo le da a Usted por fumarse esas trompetas jericoqueñas?

Anónimo dijo...

Es usted un indiscreto, señor Microalgo, mira que contar estas cosas de las trompetas jericoqueñas...

Le perdono porque es imprescindible para el ecosistema. Por cierto, tiene usted razón: como una chota, como una chota.

Anónimo dijo...

Después de quitarse las gafas,mordió el puro, frunció el entrecejo y soltó:

Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.

G.M. (1890-1977)

Anónimo dijo...

Jeeeee, je jeee.

Esse Groucho... Oé!

NáN dijo...

La locura es tan rara. No loca. Rara. Y no rara como preciosa.

Yo también tuve una vez un perro, como tu artículo lo tiene. Se llamaba Mishima, por el escritor japo. Una especie de lobo negro (en realidad pastor belga de capa negra) que tenía que sacar con correa (¡qué horror!) o a horas increíbles (cinco de la mañana) en las que no hubiera otros perros. Porque si los había y eran grandes se lanzaba a morderles o a ser mordido. Luego volvía hacia mí hecho una pena pero en la boca abierta (a veces enrojecida) y en su mirada de ánimo se veía una especie de sonrisa.

Tenía una epilepsia irreversible de la que yo le revertía encerrándome con él en la cocina duante dos días y poniéndole una inyección cada tres horas (sobre todo valium).

De una de sus irreversibilidades revirtió loco, como un cachorrito que nos temía. En la calle pretendía acercarse con el rabo agachado a lamer a los mismos perracos a los que había mordido (y le habían mordido).

Un día, un par de meses después, me estaba mirando con miedo mientras yo le hablaba dulcemente y se produjo un estallido en su mirada y se lanzó sobre mí como si no me hubiera visto en dos meses, que era el tiempo que llevaba sin verme.

Esa mirada de reconocimiento y júbilo fue lo contrario a la mirada de la locura.

La locura es triste, muy triste. Ahí se equivocó el surrealismo. Porque la locura de oponerse a los bien pensantes es otra cosa. Y creo que es así porque el pensamiento de los bien pensantes se crea desde fuera, cuando el pensamiento debe surgir de los adentros (como las faenas de los buenos toreros, donde más peligro haya).

Por eso, por la mirada de loco de mi perro cuando estuvo loco, dejó de gustarme el 99% del surrealismo. Aunque ese 1% restante (repartido por versos de las mejores poetas) me vuelva loco y sea lo bastante extenso como para pasarse uno la vida leyéndolo. (No sé si me he explicado bien).

Y dígame, señir Microalgo, usted que estuvo presente, ¿cayeron las murallas de Jericó?

Anónimo dijo...

La locura no puede, en ningún caso, exaltarse, estoy de acuerdo contigo, Nán (si hablamos de una locura médica en la que la persona desconecta de la realidad, creando una suerte de violencia latente).
Pero, nosotros, los que nos dedicamos a crear, también tú, tenemos esa locura contra los bienpensantes, como les llamas. Estamos en una especie de enfrentamiento total contra la normalización de las ideas y las gentes. Entiéndase por normalización aquello que anula lo que nos es intrínseco y nos hace diferentes, únicos. Porque yo sí creo que, cada uno de nosotros (Par, Lara, Microalgo, Nán, Reb, Robel, Anónimo/s, Miguel) somos únicos. También, aquellos que no son creadores,pero se oponen a un sistema que respira CO2 (¡Luego diréis que somos cinco o seis!). El surrealismo estuvo en el momento justo para indagar en la psique del hombre (como genérico). Porque, ¿y Freud? ¿Sabías esto:
un día llegó a la consulta del Sr. Freud una mujer que sentía deseos sexuales, que era algo que a la mujer le estaba prohibido. Fue llevada por su madre y su marido a la consulta del psicoanalista. Freud entendía que el deseo sexual se hayaba instalado en alguna parte de la nariz, así que la mejor solución para él fue destrozarle el tabique nasal a la mujer a base de golpes. Éste, era el que trataba de curar de la locura... Sálvenos dios de los salvadores que de los otros ya me encargo yo. Esto que le cuento es real (viene en los manuales de historia de Psicología y yo hace algún tiempo comencé dicha carrera).
La locura me enternece porque ahí se debe uno sentir muy solo. Y como expresión artística, desde luego, no fue la mejor, pero fue la más diferente.
Ya ves, primo, como casi siempre, estamos de acuerdo con matices, que es lo mejor.

Anónimo dijo...

Que esté tan de acuerdo contigo y con tu artículo no me impide estar en desacuerdo con la parte fácil (desde el hoy) del surrealismo. No estoy en desacuerdo con toda la dificultad que entrañó entonces. E incluso del de entonces, me parece que el canto a la locura que hacían tenía cierta frivolidad.

El rigor estricto de la burguesía de entonces producía un hedor irrespirable que había que remover como fuera.

Por cierto, desde la libertad personal de la que disfrutamos hoy, ¿no habría que empezar a pedir cuentas al integrista gobierno polaco? Con la connivencia de la policía, todos los días dan palizas a decenas de homosexuales y piensan sacar una ley para expulsarlos de las escuelas.

Hay que presionar con fuerza a esos polacos vaticanistas que votan mayoritariamente a los siniestros gemelos que les gobiernan. (So sorry, Olka). En las libertades, por formales que sean, ni un paso atrás.

Anónimo dijo...

Uh. No sabía eso de los polacos, Nán. Los que yo conocí me parecieron gente de lo más tolerante. Eran, también, "polacos costeros", y no cabe duda de que las costas (aunque sean las del báltico), por lo que tienen de anchísimas carreteras, suelen aportar siempre un poquito de ese cosmopolitismo bien entendido que tienen también las grandes ciudades (costeras o no).

Respecto al surrealismo y la locura... No creo que podamos decir que Groucho o Dalí estuvieran locos, en el sentido médico de la palabra. La locura y el humor no me parecen del todo compatibles, mientras que el surrealismo y el humor sí que pueden ir de la mano. Me da la impresión de que el humor mejora todo lo que toca, casi como la salsa mahonesa (excepto con el café con leche) (tal vez por eso no me gusta el café con leche).

No sé si Alfred Jarry se encuadraba dentro del movimiento surrealista, pero de que era un gamberro no me cabe la menor duda. Ese Ubú Rey gritando (según cada traductor una cosa, pero me quedo con el de) "¡De por mi velón verde!"...

Por cierto (y cierro el círculo), que recuerdo que Ubú Rey se ambienta en un país que entonces no existía: Polonia (aclaraba el autor que eso era lo mismo que decir "en ninguna parte").

Ah. No, no creo que los pulmones de nuestra poeta broncoperjudicada le permitieran un trompeteo contínuo, Nán. De cualquer manera, no le hace falta: produce endorfinas internas y ya flipa ella en colores, sin necesidad de ayuda química externa. Y para reducir a escombros los tabiques de Jericó, le basta un poema (ole ahí piropo gonito, ¿ehn?).

Anónimo dijo...

Sería difícil no estar de acuerdo contigo Prima, aunque a veces tendremos que simularlo para tener discusiones divertidas. Tanto es así, que he obviado lo bien que me parece el artículo para pasar al punto que no me gusta de lo que nombra (no de la forma de nombrarlo ni del hecho de que lo nombres). Claro que nos volvemos locos constantemente (es una de las frases que más uso cuando algo me arrebata), pero en los surrealistas he visto a veces una frivolidad en el tratamiento del tema (¿y quién no es frívolo, me dirás? ¡ah, touché!). También me molesta de ellos la facilidad del programa para que sea aplicada por cualquier tontucio. ¿Estaba Breton detrás de esa facilidad? Mucho me lo temo, pero no puedo demostrarlo ahora. Gran artículo pues, pero sobre gente que fue de mi devoción y ya no lo es tanto. Claro que me dejo hacer de nuevo (me dejo hacer muy fácilmente) si tú quieres. En cuanto a Dalí, Micr, me gusta mucho más lo que escribe y dice que lo que pinta (me parece un gran ilustrador: recuerdo la desilusión cuando vi su primera gran exposición y los cuadros al natural me parecían peor que en las ilustraciones). ¿Se ha notado lo "picássico" que soy?

Y tu piropo, ¡difícilmente superable, ongre, de lo más gonito!

Anónimo dijo...

Po zí, que ez gonito, Micro. Gracias por los piropos que siempre me echáis y que no se merecen.

En realidad, dicen que Dalí, estaba diagnosticado de una esquizofrenia que no quiso nunca que se conociera. Y si conocéis su forma de actuar...

En realidad, en torno al surrealismo, se reunen una serie de ególatras que lo único que desean es perpetuar su, a veces, mediocridad, eso sí, de una manera muy original.

En cuanto a lo de Polonia que yo tampoco conocía, habrá que hacer algo sí, señor. Y rezar para que el movimiento que está dando en España de ultraderecha legitimada por los no menos ultraderechistas, véase fachas, del PP, ser paré de una vez y vuelva la cordura.

Miren ustedes, no se puede salir a manifestarse en contra de que unos ciudadanos tengan los mismos derechos que los demás (caso de la manifestación contra los matrimonios homosexuales); ni puede uno mentir sobre la autoría de los hechos y quedar impune; ni mandarnos a una guerra ilegítima y en contra de la que estaba el pueblo; ni separar a un país que se coge con pinzas con mentiras y demagogias... Y paro que se me esfuma la vena poética y sale la política, ufff.

Anónimo dijo...

Hay momentos, Prima, que son políticos por la mañana y por la tarde (y poéticos por la noche).

De lo que dices de nuestra PPolonia interior, ahí va una noticia calentita:

El CGPJ aprueba una recomendación para permitir la objeción de conciencia en la adopción por parte de homosexuales

El vocal conservador Requero pide que las agencias de adopción puedan negarse a tramitar solicitudes de parejas gays


21-03-2007 AGENCIAS


La Comisión de Estudios e Informes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) estudia hoy la recomendación de que en la ley de adopción internacional se permita a las entidades mediadoras rechazar solicitudes de adopción por motivos de conciencia, como las presentadas por personas homosexuales, según el informe del ponente conservador José Luis Requero, miembro del Opus Dei.

Anónimo dijo...

Todo eso es muy bonito, poético y cosmopolítico. También es surrealista por la contraposición libertad/libertades (individual/colectivo) en el estricto sentido de su uso. Como los miopes somos los primeros surrealistas no hay más que quitarse las lentes para ver el mundo con sus perfiles desdibujados, y entonces parir genialidades.

Lara dijo...

Gracias, chicos, por la clase de hoy.
Si hubiera atendido así de bien en la facultad, me hubiera ahorrado dos años.
Claro que no es lo mismo, dónde va a parar.

Paralelo 49 dijo...

Yo reconozco que no lo entendí. No entendí lo que me quiso transmitir, las sensaciones dispares que me causaba y entonces se lo pregunté y ella me respondió tan amablemente, tan delicadamente. Acaso hay un hecho más bello que alguien responda a una llamada? Yo creo que no.

Gracias siempre Carmen,
Gracias

(Gracias siempre)

NáN dijo...

me uno a Breton y Éluard:

No prepares las palabras que gritas.

Suéltalas ya como estén, que el lunes 19 de marzo queda muy lejos.

De nuevo en Madrid, domingo 25 de marzo,

Tu primo, que te quiere