Aquel día, aquella mañana en la que empecé a querer a Rebeca y a Miguel, aunque a él ya le quería de antes porque hacía feliz a la Niña Lara, y mi primo y Lo me abrigaron, como siempre, el corazón, supuse que sería una cuestión de imágenes eternas.¿Quién iba a imaginar que tú las estabas guardando como un tesoro que, después, se señalará en algún mapa mítico? Gracias por compartir los recuerdos que nos son comunes.
Este poema, con vuestro permiso es para Rebeca.
En realidad, es sólo cuestión de mirar, de dejarse las palabras en algún bolsillomientras imaginas que todo el tiempo, detenido o en cambio constante, se va encaramando a los surcosde tus ojos,de tus manos,de tu casa.Porque esta casa se convierteen el vehículo de los sueñosy el olor a pan tostado,a café recién hecho,en el único recuerdo vívido.En realidad, si tú me dices que no mirasa la tierra, sino que buscas una sombraque devuelva la luz a todos los espejosyo no tendré que pellizcarmepara sentir que la vida es, precisamente,tus pupilas y sus añoranzas.Porque te he visto delimitarla ausencia del mundoporque te intuyodesde las palabras que no dices.No hay distancias. La realidad y el deso,y tus manos orillando la hierba húmeda,y saberte ahí,como en un encanto de historias,y desarmar el puzzleque nos crea circunspectos.
7 comentarios:
¿Vale decir que me muerdo los dientes para no decir?
Que basta con sugerir que te veo, os veo, que leo y me complace.
¡Qué bien, qué bien, tanta hermosura!
Y digo yo, Carmen: habrá que colgar la foto donde tu primo se extiende tan largo es en el césped, ¿no?
(Y nos mata.)
Que gran día, la verdad. Gracias a todos por la magia.
Increíble.
En realidad, nunca te diré que no miro, (aunque puede que algunas veces tarde un poco más que los demás ;-)
Confieso que me he llevado una gran alegría (enorme), que todavía estoy asimilando lo que has escrito.
Es uno de los regalos más bonitos que me han hecho...
Me impresiona tu bondad, tu sensibilidad y tu fragilidad.
Ese día yo también empecé a quererte (silenciosamente)y te prometo no dejar nunca de hacerlo.
Siempre. Las semillas tienen su proceso; natural, inevitable, caen en fértil, reciben el agua necesaria y abundante de tus mares templados, dulces, el calor de tus miradas color otoño; y en primavera estallan en flor. Sin duda es muy bonito y emotivo.
Quién sabe por qué, hay ángeles sobre Berlín que verifican nuestros pasos y nos señalan los caminos. Hay miradas que sospechas son infinitas en lo que miran, eso me pasó contigo, Reb.
Aquí, el océnao a sus pies.
Buf. Debió ser esa una reunión memorable.
Y, con las fotos, memorada.
Clorofílicos besotes a todos.
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