jueves, 19 de abril de 2007

CARTA DE K.H. QUE JAMÁS ENVIÓ


Querido H.B.:
Aquí, donde acaba el camino he encontrado una mota de polvo que lleva mi nombre, una luz que delimita mis sonidos y una paz que me desdice de la vida.

Me monté en el primer avión que pasó por mi puerta y terminé por irme tan cerca del sol que mi alas se quejan, derretidas y maltrechas. Si amaneciera a tus pies, mándame un pedacito de calor.

He vuelto a vivir dentro de mí y dejo correr el agua vientre abajo. Mi vientre que se me figura un navío antiguo que sale de puerto en busca de Ítaca.

Es hora de recoger la ropa blanca que agita el viento sobre mí. Es hora de romper la suerte en mil pedazos.
K.H.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡bien!!!

Anónimo dijo...

No estoy seguro de que haya hecho bien al no enviarla. A H.B. le debió quedar un mal regusto si lo último que oyó de ella fue un reproche.

Que bueno, que tal vez lo merecía. Pero la generosidad, aunque no es exigible, se agradece.

Además, es muy bonita. Nada más que por eso...

Anónimo dijo...

Faltan 30 minutos para echarte de menos.
En este viaje, al que voy ligero de equipaje, sin la tecnología que me une a tí, espero encontrar las luces que se perdieron en un oculto viaje de esta ajada memoria mía.
Seguro que echo de menos este rincón donde eres sobreviviente de los embates de los sentimientos.
Y más, después de esta pedazo de carta que por no enviar no necesariamente no fué recibida, porque los pensamientos trascienden las fronteras y a veces sacuden, sin saber como, las vidas de sus destinatarios.
Sin que sirva de precedente, porque me llaman "el espíritu de la contradicción" estoy de acuerdo con los comentarios de los que me preceden.

Anónimo dijo...

¿Envió alguna de las cartas?
En realidad qué más da.
Casi todas las cartas que he querido mandar alguna vez están ahora guardadas en alguna caja.
La cosa es que las escrbí. No sé...
Le pidió que se marchara. Pero en realidad no lo quería. Y vuelve a pensarle. Y le escribe.
Las palabras nunca podrán condensar el sentimiento mismo.
Las cartas siempre dejarán silencios elocuentes en el tintero.
Supongo que K.H. tiene miedo. De ahí su despedida, de ahí una carta sin enviar.
Y es que las decisiones dan tanto miedo...
Y cuando uno decide olvidar, el camino se hace demasiado largo. Y uno necesita sentir que ya está todo resuelto.
Pero no. Y siempre volvemos a escribir una carta que nunca mandamos.


Es preciosa, como todas.
Y para mí, muy poco previsible.

Un besito,

Ana...

Anónimo dijo...

Hola Carmen,

¿Puedes llamar a Miriam Reyes, por favor?
Siento esta irrupción en tu blog pero no tengo otro modo de enviarte este mensaje.

Eduard

Pablo Gutiérrez dijo...

El alguna parte le conté a alguno cómo suena esa destripacabezas de la foto en tus oídos.

Anónimo dijo...

En alguna parte, sí; pero es que él te lo preguntó.

Prima, ¿cómo andas de habitación libre para el domingo de mediados de mayo? (que por mayo era por mayo).

Y ya que lo he mencionado, ¡que vaya entero! Los poemas populares fueron en épocas de dictadura ensalzados por un falso sentido de "pueblo". Pasan las dictaduras y no olvidamos lo que de brutal tiene el pueblo casposo que pega a las mujeres y a los animales.

Pero hay también una delicadeza, incluso en la "rebelión del dolido", que es un gozo. Deles Dios mal galardón a todos los que embrutecieron al pueblo.



Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

Anónimo dijo...

El romance del prisionero ¡Que de años ha!
Los humanos estamos mejor alimentados, pero seguimos igual. Los sentimientos nos diferencian de las catervas animalarias, por eso disney tiene tanto éxito. En cuanto pone las virtudes y defectos humanos sobre los aniamalitos allá que nos conmueve. H.B., K.H., J.B., J.W., J.D., L.J. con un poco de hielo cualquiera de estos produce grandes sensaciones, sobre todo en el hígado.

Anónimo dijo...

Primo, vente ya pa'cá. Cuenta con cama para mediados de mayo, faltaría más.

Anónimo dijo...

Anda que no, mi Señor Primo Segundo. Le recuerdo que debe traerse varias cojas de Almax o cosa similar. Aquí la Prima no se anda por las ramas a la hora de ingerir y digerir.

Además, el concurso del Pay-Pay estará en su punto medio por esas fechas... lo mismo coincide con mi participación en él (este año me ha tangado un amigo, debido a un mutuo "No hay narices de presentarnos" "¿que no? ¿que no hay narices?", y así sucesivamente).

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Un gran posst. Intentaria describir lo que me causa mas las palabras no me llegan. Avise señor Micro de su participación. Haremos lo posible para ir alli a tirarle tomates ^_^

Anónimo dijo...

Punto a) Querido NáN: en mi última anotación, substituya la palabra "cojas" por "cajas". Hágame el favor.

Y Peter: aún no sé de calendarios. Ya le aviso con tiempo. Pero también le puedo decir que, si no está Usted de paso por la ciudad, no haga tampoco un esfuerzo superlativo, que voy a cantar de gamberreo y no creo que me den un disco de oro por mi actuación de esa noche. No crea que viene a escuchar a Kraus redivivo.

Anónimo dijo...

Estos artistazos, ¡siempre tan modestos!

Llevaré laurel, para la corona.

Anónimo dijo...

¿Donde estás, se echa de menos tu presencia, el aire fresco, el agua y el sol que nos da la vida?

Los habitantes, de esta inmensa pecera, necesitan alimento, suplican viandas benefactoras.

A esta hora laboral infame vine a verte y no estabas.
¡!