sábado, 7 de abril de 2007

CARTA IV



Querido H.B.:

Miro al mar. Hoy, he mirado al mar por primera vez desde hace mucho tiempo.
Tampoco hace sol en mi cama, pero ¿qué puede importar ya eso?

Sólo te escribo para mandarte el poema que ya te dejé, ¿recuerdas? Fue el día en que decidiste que mi piel no debía respirar tu sudor y me fui...

Si un día te duele la vida
como a mí hoy me duele el mundo
y decides que el camino de regreso
se dibuja en mis manos
ahórrate las llamadas
los bostezos
separa por instinto o desamor
tus ojos de los míos

En la cocina una taza de café
humea tu nombre
entre pequeñas volutas desiguales
que retoman tus pestañas
donde yo las supuré

Tal vez, un día... Eso nadie puede saberlo ahora, ni tú, ni yo, ni siquiera nuestras sombras que siempre andan cinco pasos por delante.

No permitas que el invierno haga vida en tus manos. Si lo permites, no vengas a lamentarte.

K.H.

16 comentarios:

NáN dijo...

Queda mucho abril ("the cruellest month ... Memory and desire, stirring", escribió tse).

Frena, si lo necesitas.

Pero mientras te quede intensidad, imágenes y las palabras adecuadas, no pares.

Besos con guirnalda de laurel.

Anónimo dijo...

Me he despertado y estaba lloviendo.
Pero he mirado al mar.
Porque sigo buscando una esquina donde refugiarme.
También sé que tengo que ahogarme para encontrarla, y que está lloviendo y que acabo de despertar.
A veces me pregunto si yo misma soy quien deja que mis manos se llenen de frío, pero es que hace demasiado frío ahí fuera, y casi siempre llueve, y las paredes de mi habitación son de papel a veces...
A veces no. A veces se mete el sol en mi cama. Pero aquí, el verano dura lo que un parpadeo.

En fin. He terminado pensando en voz alta.
Me provoca demasiadas cosas esta carta.
Está llena de lluvia.
Es preciosa, gracias una vez más por darnos tanto.


Un besito :)

Anónimo dijo...

¿Llovido?

A mí me ha granizado en la calvorota.

Pero no nieva en Cádiz. Qué va. Ni en el mes más cruel es capaz de nevar en Cádiz. Se lo digo yo.

Recuerdos y deseo, entremezclados. O bueno, seguro que Nán lo traduce con las palabras correctas.

Demasiado Abril, thus, llevo ya en lo alto. Deseando estoy que llegue Junio y que nos vayamos a bucear por esas costas de Dios.

¿Quién se apunta?

NáN dijo...

¿Me puedo quedar fuera, con sombrero de paja, leyendo y haciendo la paellita para cuando salgáis de bucear?

¿Dejan hacer paellitas en calas perdidas o hay árboles y miedo a que se quemen?

También puede abrir latas de mejillones y bolsas de patatas fritas. Cosas así.

La granizada pasó ayer por aquí. De haber sabido que iba para allá le hubiera transmitido un saludo para vosotros.

Anónimo dijo...

Con permiso.

H.B. ha caido en el instinto maternal. Craso error, la carta IV es en cierta manera incongruente (como buen ser humano con sus más virtudes que defectos, evidentemente)con la carta II en la que se supone que ha eliminado cualquier vestigio de perdón. Parece como justificante de su actuación devastadora anterior.

Bajo un punto de vista de estrategia de la guerra (o del amor) al enemigo se le aniquila y no se hacen prisioneros. Justo lo contrario de lo que sucede dejando un lazo para cumplir con la convención de Ginebra. ¡Muy humano!, pero el pardillo de H.B. seguramente no se lo merece.

Paralelo 49 dijo...

Todas las cartas, todas, son como la respuesta que uno tiene detras de lo que uno calla, de lo que nombra con otras palabras, bajo la blonda negra,

No pares.

Anónimo dijo...

De acuerdo...

a la 1:38 de la mañana, después de media botella de vino y un gingintonic (es decir, demasiada ginebra) puedo decir que, tal vez, H.B. no se lo merezca o sí, ¿quién somos nosotros para juzgar el amor?
Demasiado complejo, ¿no?
Y mañana miraré esta entrada y sabré que estaba borracha, y sabré que no estaba mall, sólo con demasiado alcohol en el cuerpor para no decir la verdad.
Yo no conozco a K.H. y H.B. lo suficiente para decir que no se quieren. Tal vez se quieran, ¿por qué no? Lo que es seguro es que no se merecen.
Por lo que sea....
Tal vez porque a mí me duele demasiado, o porque a ellos no suele dolerles. Porque he tardado demasiado en encontrar las teclas.
El amor no es perfeco, no sé siquiera si es... A lo peor, aún se quieren, ¿quién sabe?
Igual que yo ya no espero hay gente que aún cree.
K.H. sabe que, tal vez, se esté yendo demasiado. H.B. sabe que se le ha ido la vida.
Así de jodido, así de real...
Lo demás, no importa.

Los sábados de alcohol y amigos me hacen creer que no todo está perdido.

Anónimo dijo...

¿Todo está perdido, Nán, Par?
¿Todo?

Paralelo 49 dijo...

Claro que no está todo pérdido. En realidad no hay nada perdido, en todo caso ganado. Y qué importa que se quieran o no? o que simplemente se extrañen? o que sólo echen de menos hacer el amor? o que se den pena?

Pero que importa que existan o que no?

Cuando uno es capaz de contar, de reconocer, de volver sobre el dolor, de mirar al mar de frente entonces nada está perdido. Todo está ganado.

Un beso y un café para cuando te despiertes :)

NáN dijo...

Estas cartas son cada vez más interesantes. Si solamente hubiera un línea de avance, ya no tendrían interés. Anónimo lo vio bien, pero no me resulta un problema literario. Parecen, las cartas, un ajuste de cuentas, un cómo lamento no amar, un quizás te amo todavía y de ahí viene todo esto. La sinuosidad no hace ningún daño en nuestra vida humana, tan corta aunque a veces se nos haga larga. Y basado en eso, un granizado de palabras.

Perdidos estamos todos al principio, por eso el juego de la vida se llama encontrarnos. ¿Quién no quiere jugar? [ya sé que hay pasos en falso, creíamos qué, pero no; las reglas del juego, que hemos de inventar constantemente, incluyen las instrucciones para esa situación].

Cuidado con los bares de amigos, que no miras mientras te sirven y pasa lo que pasa. El viernes también me pusieron un whiswhisky. Pues mira, ¡menos que gastamos!

¡Buen domingo, autora! Y también a mis compañeros lectores.

Anónimo dijo...

No parece tan evidente que lo que no es literario seal real (a pesar del destilado). Pero este domingo es el fin de una semana aciaga y vehementemente literaria, (lo que es una suerte en los días que corren), salvo que realidad y ficción se hayan mezclado como las dimensiones matemáticas y sólo tengamos atisbos por los hechos paralelos (¿a quién no se le ha puesto una borrasca sobre la coronilla y le ha caído una buena en estos días?).

¿Hay quien no piense que en abril aguas...?

Como alguien, sabiamente, previo ha dicho... ¡No pares!

Anónimo dijo...

Me recuerda a la canción de Ferreiro: "Desde aquí, desde mi casa, veo la playa vacía, ya no estaba hace unos días, ahora está llena de lluvia..."

Un saludo :)

Anónimo dijo...

Ey, qué bien verte por estos océanos, Nanieva. Pensé que ya no entrarías...

Me encantó conocerte un poco más en el Pay Pay (lugar que os recomiendo a todos, menos a Microalgo que, no sé por qué, me da que ya lo conoce o algo...

Gracias one more time a todos.

Lara dijo...

¡Pero bueno!

Joooder...

Bueno, voy a meditar al respecto y cuando se me pongan los ojos simétricos os digo algo.

Pero Carmen: te recuerdo que el sábado veintimucho de abril te vas a tomar unos cuantos conmigo en el Pay Pay y cuando estemos gingingintónicas nos iremos cantando a casa (que conduzca Miguel), cagándonos en la madre que parió al mundo.

¡O qué!

Anónimo dijo...

He subido a la azotea. Es domingo y veo la bahía desde aquí. Allí te imagino, detrás del puente, de las grúas y el puerto.

Esta semana ha sido dura, literaria, de bombas y explosiones en el mismo centro de nuestras vidas. De cartas de desamor devastadoras. De nubarrones y agua a chuzos.

Cuando, este lunes, se divisaba una semana apacible, llena de tambores, imágenes y gente escondida tras las túnicas llegaron las nubes. Esas borrascas del sentimiento que nos atemorizan cuando las vemos aparecer. Esos cúmulos que descargan violentamente sus gotas ácidas, como lluvia, que corroe lo que toca, y ante la que no hay protección. Quizás ese dios antiguo, primitivo, que existe en la naturaleza se ha enfadado con los habitantes de nuestro mundo, contigo, conmigo y nos ha castigado con el peor de todos los tormentos. La palabra del desamor.

No es necesario hacer ningún sacrificio. Ninguna virgen debe morir en la ladera del volcán de los sentimientos. Simplemente, ese dios espera la cordura en las personas, en nosotros, botón de muestra de una generación ya perdida, heredera de todos los males precedentes.

Quiero, desde aquí, expresar mi deseo de ser honrado y comportarme como tal, contigo, y sobre todo conmigo mismo.

Si algún día, en alguna vida, llegas a leer esto espero sólo una sonrisa. La de quien es cómplice de la buena noticia del cambio.

Sinceramente...

Anónimo dijo...

Qué bien que estés Soponides, aunque no sé quién eres, pero, espero que, algún día, me lo digas.

Siempre es interesante ir descubriendo a gente. Te advierto que, desde aquí, desde los blogs, se están fraguando amistades bonitas.