viernes, 13 de abril de 2007

CARTA VII


Querida K.H.:


Huelen a olvido, y a besos que ruedan por el césped, y a mis manos que se han quedado grande para estos arriates de la memoria.


Te digo que te añoro, sabiendo que he dejado de pensar que nuestros cuerpos podrían evaporarse una vez más bajo el peso de las caderas, sobre aquellas mareas de movimientos sincrónicos.


¿Por qué no me dijiste que me buscabas? ¿Cómo pudiste traicionar mi espera ante la puerta, esa puerta que no se ha abierto nunca más? Todos los ruidos de la calle se hacen uno, que suenan como los tacones que me reprochas que no siguiera. No sabía cuáles eran los tuyos.


En mi despiste está mi delito, en tu abandono cruel mi castigo. Ahora, bajo el invierno de abril, mi colchón se moja todas las noches.


Tengo miedo, ¿te lo he dicho alguna vez? Tengo un miedo que me trepa por las piernas y se agarra con alevosía a mi garganta, estrangulando la entrada del aire vivificador. Tengo un miedo que susurra tu nombre en todos los espejos.


¿Por qué me sigues escribiendo si no te importa mi suerte? ¿Por qué te empeñas en castigar mis, ya maltrechos, besos? ¿Por qué no coges tu compasión y te marchas por donde viniste y me dejas cicatrizar de una vez mis ojos?


H.B.


Pda.: También yo hoy miré al mar. No te marches, por favor.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Un día, descubres que a algunas personas se las llama poetas, porque tiene la habilidad de explicar y fijar en letra impresa unos sentimientos y sensaciones mucho mejor de lo que sería capaz la propia persona que los está experimentando. Y eso es arte, pues es como pintar un cuadro que ve una persona cuyos colores son diferentes a los tuyos, y que sea más real que una fotografía.

Arte es aquello capaz de mover el alma. Bravo, Carmen. Esta historia se parece una que entreví hace tiempo, que empezó con unas frases en un metro...

Anónimo dijo...

¡Uh!

¡Es el mismísimo Peter el que se nos asoma al Atlántico!

Me alegro de saludarte.

Carmen: lo de K.H. y H.B. lo veo muy mal, porque son los dos unos asincrónicos (con perdón) del mismísimo carajo. Me recuerdan a una pareja que había en mi panda, que se pegaron meses sin ponerse de acuerdo. Ahora era ella la que bebía los vientos por él, ahora era él el que estaba hecho una tarta de merengue por ella... y en cada caso, el otro salía por peteneras, soleás, mineras y colombianas, y le pegaba al enchochado unos cortes de espanto. La cosa no perduró...

Pero ahora (en serio) son buenos amigos. Algo es algo. Y menos es nada. Qué redundante, todo ello.

Lara dijo...

Yo no les busco coherencia a estos dos, sean quienes sean. Los observo con sus ciclotimias, me los creo.

Anónimo dijo...

El arte toma su base en el alma de los demás, de ahí que pueda conmoverlas, Peter, sobre todo cuando uno tiene un alma bien grande.

¡Ay Micro de mi vidaaaaaaaa! (poner entonación de zarzuela). Estos dos se quieren, o eso creo yo, pero lo han jodido. No sé cómo acabarán, no sé si son amigos (creo que no), lo que sí es cierto es que aún se echan de menos. Se les pasará...

Qué sabia eres, Niña Lara. Tú, con K.H. te llevarías de puta madre (¿una poeta puede utilizar esa expresión?).

Gracias.

Anónimo dijo...

Convaleciente
de ese amargo trago
el cuerpo,
que no se levanta.
La pena,
que no abandona,
es compaña
de su estampa y,
sinequia,
de su alma.

A cada vuelta de tuerca, cada vez, su alma más torturada. Y sigue por la senda no marcada. ¿Cuando acabará el tormento?

¡Pobriños eles!.

Paralelo 49 dijo...

"Ne me quitte pas
Il faut oublier..."

Paralelo 49 dijo...

¿Nacería K.H. también bajo una farola?

Anónimo dijo...

En gallego y con farola.

Anónimo, seguro que a K.H. le gusta que te preocupes por ella.

Par, habrá que preguntarle. Podría ser, podría ser. Demasiada luz sobre ella.

Anónimo dijo...

Voy a tener que pedirte cita para hablar de estos seres imaginarios que nacen de recónditos pliegues de la memoria. Quizás salgan bien parados (ya me haces dudar).

Fria y con boquetitos. Repitiendo hasta que el cuerpo dé, porque lo del café...

Anónimo dijo...

Son los fantasmas, sabes?
"Los demonios que hay bajo mi cama, esta noche no se callan, no me dejaran" (Si amaneciera-saratoga, mi mejor canción).
Un día yo le dije a alguien: "Has estado conmigo mucho tiempo. Tú ni siquiera lo sabías. Ahora estas demasiado lejos".
Y estábamos sentadas en el banco de un parque cualquiera.
Pero qué más da donde estuviesemos?
El caso es que K.B. forma parte de nuestra especie.
La única especie que puede sentir todo lo que desee u odie.
"Me encantaría matarte en este poema (...) aún sabiendo que nunca volveré a sentir tu olor sin que te acerques".
El recuerdo huele demasiado.
Hoy K.B. no quiere que se marche.
Quizás no sabe que no lo hará sin que se lo pida.
Y es posible que tampoco sepa, que si no lo siente, jamás se irá.
He estado demasiado tiempo durmiendo con alguien que no pensaba en mí antes de cerrar los ojos.
He abrazado demasiadas veces a mi almohada.
He llorado demasiado una presencia que tal vez, hacía mucho que era tan sólo una ausencia más.
Porque al final nadie se queda. Todos se van. Y yo me quedo como cuando se van todos.
Hoy soy yo quien está demasiado borrcaha para no ser sincera.

Ana...

Anónimo dijo...

Cuando alguien no duerme por los fantasmas, o se levanta y desayuna con ellos es que el objetivo se va cumpliendo.

¡Qué más da! El caso es que he soñado, con ella. Ahora me da miedo conocer algo del sentimiento de K.H. ¿Merezco acaso conocer su intimidad como la conozco? Si vierto opiniones sobre sus episodios o pensamientos ¿tendrá consecuencias para su historia?

Como en un cuento interactivo los personajes reaccionan a los estímulos. Algunos incluso pueden creer ser marioneta, de este teatro, manipulada por hilos misteriosos, sin darse cuenta que cualquier día, cuando menos te lo esperes, reaparecen convertidos en seres humanos.

Dos seres de carne y hueso, cuerpo y alma, miserias y grandezas, desamor y amor. Esos podrían ser ellos, ...

Feliz día.

Anónimo dijo...

Perdón, Ana me llevó a otro mundo.

Sobre K.H. me parece fantástica. Una mujer, con todo lo que entra en la definición. Quizás por mi educación del último tercio del S XX me siento cohibido para decir lo que pienso, pero comprendo incluso su forma de pensar, de actuar, a veces incluso de sentir. Otra cosa es que mi cuerpo se identifique más con H.B. al que no podría llegar a considerar un alter ego, pero se acerca.

Las mujeres siempre han sido autosuficientes. De hecho son el auténtico sexo fuerte, el dominador en esta especie. Es más, la sociedad donde el matriarcado impera es sociedad feliz, a pesar de los vaivenes hormonales que tan denostados son por los hombres (esto sucede donde yo me he educado).

¡No te digo que hoy he soñado..!

Reitero, F.D.

NáN dijo...

E la nave va!

Anónimo dijo...

Después de esto, o quizás más tarde H.B. está esperando. Tal vez K.H. en un rapto de consecuencia abra su celular, teclee y llame a su denostado, vilipendiado y sacudido H.B. y en un paseo memorable, cuando el atardecer saluda a la noche se digan cosas, que pasarán a los anales de sus vidas, en el boca a boca de los cuentos que tratan sobre la magia de la existencia.

O tal vez sea otra cosa.

Anónimo dijo...

tal vez me parece más tal vez esta vez, Sapónides