miércoles, 30 de mayo de 2007

CINCO PERSONAS EN UN SALÓN A MEDIA LUZ

EL HOMBRE TRANQUILO

Él cogió un trozo de mar de entre sus ojos, un micra de algo que podía ser la sal. Miró al otro lado del sofá y la vio a ella tocando la guitarra.

ELLA Y LA MÚSICA

Sus manos recorrían el mástil por el que una ecuación desigual anudaba sus pestañas. Resbaló su voz entre todos los cojines hasta llegar al número exacto donde otra mujer digería su música.

LAS MATEMÁTICAS FEMENINAS

"Si refractan los reflejos..." Susurraba la mujer exacta. Afuera la calle se deshacía en destiempo que la memoria trucaba para romper el ruido. La mujer de su izquierda sonreía a la intemperie.

EVA Y LA RISA

Eva, la mujer de su izquierda, dibujaba su boca en el aire para hacer malabares con la sangre hecha vino, con la huída hacia ningún lugar preciso u obstinado.
-No hay que obstinarse en ser feliz -repetía mientras su risa se iba enredando entre tantas piernas.

MIREIA, LA MUJER FRENTE AL FUTURO

Mireia mira a través de sus dedos.
Las manos apoyadas en las rodillas, la mirada devuelta por el espejo al que no se mira. El futuro agarrado a sus tobillos serpea tras de ella, mientras, un reloj difuso deambula por las esquinas, donde las perspectivas, decía el hombre tranquilo, son diferentes.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Tranquilo por fuera.

Por dentro, atorbellinado de música y consciente, como Eva, de que uno se encuentra alrededor del 80% de felicidad.

Que hay gente que jamás llega a tanto.

Al nexo hay que agradecerle esos momentos. Y el nexo eres tú, Carmen (analiza la escena y verás que sí).

Anónimo dijo...

... porque creo recordar que eramos seis.

Anónimo dijo...

Es que yo sólo cuento sobre los importantes.

Tantos éramos?

Don Micro, usted fue mi nexo con la vida otra vez y jamás se lo he agradecido. Ya va siendo hora.

Anónimo dijo...

Ande, ande, ande (la marimorena).

Déjese de ternezas y vámonos a comer caracoles.

Anónimo dijo...

¡Impresionante, Prima!

Los poetas hacen las mejores dramaturgias, ¿lo sabías?

¿No?

Pues es cierto.

Me ha encantado ncantado cantado antado ntado tado ado do o ¡oh!

Anónimo dijo...

Jajaja, si hablamos de nexos, yo pienso más bien en el pollo con azúcar... o en el vino... :P

Te mando un par de besos parametrizados y un abrazo integrado por partes! :)

Peter dijo...

Es un placer poder leer cosa como estas, y compartir a través de las letras momentos como este.

Brillante y precioso, como un reflejo en la arena.

Anónimo dijo...

Quién pudiera haber sido la "sexta" en discordia...

Anónimo dijo...

Sabes que no suelo escribirte... pero te queria decir todo lo que me ha llegado esta descripcion tan llena de imagenes tiernas e intimas.

ETDN dijo...

Me encantan tus historias. Lo que observas y cómo lo observas; lo que escribes y cómo lo escribes.
Me declaro tu "fan" incondicional.

Salu2

Anónimo dijo...

O la séptima, Menchu. El récord de comilona en mi casa lo tienen dieciséis...

No habría desentonado Su Gracia Imperial.

Anónimo dijo...

Gracias, Primo. He escrito poca dramaturgia, pero siempre me ha dado grandes satisfacciones. ¿Sabes que hay, actualmente, un ballet, que lleva texto mío? Psch, las cosas de la vida...

Pollo con azúcar, en su dosis exacta que las matemáticas son lo que tiene y usted ya me entiende, doña Lola.

Esta vez no pudo ser, Menchu, pero siempre hay un huequito para ti, ya lo sabes. En la próxima estarás tú, seguro. Eso sí, nos cantas algo, ¿vale?

No sé quién vive en tierra de nadie, pero me ruboriza pensar que tengo una fan. Gracias por estar y dejarte ver. Espero que lo sigas haciendo.

María... Cuánto bueno por aquí. Tú dejando comentario, ¿a dónde vamos a llegar? "Que se callen/ los que critican mi salida/ los que no saben que vivir/ es algo más que pasar hambre..." (Antonio Orozco como nexo pa'las dos).

NáN dijo...

¡Qué bien, mi niña, qué bonito! Cómo lo has recogido todo al final.

Pero quería que esto siguiera, así que puse el 13.

Paralelo 49 dijo...

A mí me encanta el hombre tranquilo. A mí me encanta leeros, beberos, sentiros...

Anónimo dijo...

El retrato me infunde un retablo con imágenes intimistas, intemporales a pesar de la presencia desvariante del reloj, de los destiempos.

Las pinceladas, mientras los protagonistas viven (y esta poeta hace fácil lo más difícil), sencillamente son magistrales.