domingo, 27 de enero de 2008

DUDA...



PARA REB





Yo no sé si a ustedes, honorables creadores de los blogs, les pasa lo que a mí. Algunas veces, llegan pececitos de colores hasta la orilla de nuestros labios y nos dejan un regalo.





Tengo un Pececito de Color particular que, ahora, comparto con la dama Zoe. Este fin de semana llegó, como siempre, sin hacer ruido y dejó sin decir nada un regalo. En silencio, no quiso contárnoslo, no quiso señalar en el mapa el lugar exacto en el que enterró el tesoro.
Mi pececito, el nuestro quiero decir, dibuja de color el latir exacto de la vida. A mí me gusta saber que nada en mi océano, que me mira desde algún lugar y se queda dormido en el balanceo tímido de las olas.
Zoe, a ratos, se queda mirándolo con la manita extendida como para querer robarle una burbuja de aire (sus burbujas llevan cochecitos de plástico, y plumas de Ave Fénix). Yo, aunque él no me lo ha dicho, sé que mi Peceito hace magia. Yo puedo contar cómo es, pero sólo, si ustedes me prometen no desvelar el secreto... Mi pececito abre mucho los ojos, como si quisiera engullir el mundo por su mirada, sonríe levemente y guiña como sin querer. Cuando esto ocurre, deben fijarse muy bien porque dura una milésima de segundo, se crea la magia. Entonces, el viento suena como Marlene Dietrich, el tiempo transmuta su esencia y te concede tres deseos y la tristeza (porque a ratos mi Pececito me ha visto triste) parece menos.

Gracias.

12 comentarios:

Flavia Company dijo...

Tres deseos y la tristeza. Ya sé entonces en qué se distingue su pececito del genio de la lámpara. El segundo sólo concede tres deseos y el primero, además, sabe recordarnos que, a veces, debemos saber estar tristes.

Anónimo dijo...

¿Sabe, doña Flavia? Ahora, además, de parecerme usted una escritora como la copa de un pino, y un ser adorable, tengo la certeza de que es una sabia que viaja en tranvía.

Anónimo dijo...

Sí que hay que saber estar triste, Dama Company. Al menos, intentar hacerlo con elegancia (qué meta para mí, la elegancia. Cuánta destila Usted).

Fantástico par de peces de colores se pasó por el Sur, Carmen de Góndal. El Maestro Peter es como los grandes vinos: cada día que pasa me parece mejor que el anterior.

Y Reb.

Hoy me cuesta mucho centrarme en los aspectos ecotoxicológicos de las microalgas marinas bentónicas. No tengo muy claro por qué. Tampoco tengo claro por qué no lo tengo claro. Y vamos a detener esta cadena de pensamientos espasmódicos, que no voy a ningún lado con ellos.

Sí, hoy el hecho de trabajar con microalgas marinas bentónicas me parece un poco absurdo... pero, en fin, tampoco deja de tener su gracia (dijo Polliana). Haré un esfuerzo por salirme del descolocamiento cerebral y colocarme en ese sitio que está tan lejos de la poesía. Suelo lograrlo sin mucho problema cuando me apetece.

El lío es cuando no me apetece hacerlo.

Anónimo dijo...

Don Micro, alguícese hágame el favor, que luego me llama el director y me dice que no me presta atención en clase.

Le echamos de menos, más.

Reb dijo...

gluup. me salen buuurbuuuujas, yooop debo de estar gluuu summergida. Es extrañooop, sieempre gluup pensé que nadiee me veeeía.

http://www.radioblogclub.com/open/103090/chut/10%20Chut

Anónimo dijo...

QUÉ MÚSICA MÁS OPTIMISTA!!!

¿Así se siente, Dama Reb? Pues no sabe lo que me alegro (mi placer consiste principalmente en el Suyo, cosa que escandalizaría a cualquier escritor de manuales de autoayuda. Digo yo, porque, como se puede intuir, no he leído ninguno).

¿Quién es la que canta? ¿Me dará Usted clases de francés, que no tengo ni idea (vergüencita me da confesárselo)? ¿Me pondrá tarea y me tratará duramente? (Mmmmffffsííí).

Anónimo dijo...

Y por cierto (ya paroxismando los piropos): el que no la vea a Usted o bien está ciego o bien está ya fallecido. Y aún así, en ambos casos, tendría mis dudas de que no la vieran.

Mainumby dijo...

Carmen, luego de leerte, tengo una certeza preciosa braceando en el pecho. Seguro que se me metió dentro el pececito, que se zambulle y parlotea con mi corazón-caracol lento.

Que si el océano nos separa, que el pez de la paz nos entrelace, nos anude más el alma...

Mi reverencia...

Un abrazo enorme!!!

Lara dijo...

¡¡Oh, qué cosa más...!!

(vosotras me entendéis, las tres, la de los peces)

Anónimo dijo...

A mí me encanta su aleteo y tus palabras dulces entre las olas.

carmen moreno dijo...

Reb, yo buuubceo porque la booobvi hace mucho, aunque booobfuera en la montaña.

Don Micro, quiere usted dejar de ligar en mi blog. Habrase visto qué poca vergüenza... Besitos carnavaleros.

Mainumby, a los pies de usted, por allá lejos o por acá cerca. Siempre.

Lara, la he entendido, la he entendido. Se la quiere.

Par, qué bien que escriba usted. Siempre es bienvenida y echada de menos. Gracias por llegar.

Peter dijo...

Un pececito de colores... muy buena idea.

No pierdas tu brillo, tus colores, tu aura ni tu sonrisa, reb.

Porque son tu.