- Padre, hoy me he dado cuenta de que no puedo hablar.
Mauro abrió mucho los ojos y tomó el dedo índice de su padre en la mano, sin poder cerrarla entonces.
- Hijo, estás hablando. Lo que tienes es miedo de no poder hacerlo, pero si haces lo que te dice mamá, y te cubres la garganta, y no gritas en la escuela, y no bebes granizados, y...
- ¿Ves, papá? No pienso dejar de hacer nada de lo que dices. Por eso sé, que no puedo hablar.
De mal en peor
Hace 10 meses
5 comentarios:
Me he asomado por tu océano... y casi me quedo a vivir!
pero es lunes urgente y vivir, lo que se dice vivir aquí, no puedo, pero sí venir de vacaciones... a hipnotizarme un poco...
Besos y gracias por este recreo.
Lo que hacen los hijos sólo por llevarle la contraria a los padres...
Es mejor, muchísimo mejor, contradecirles que matarlos.
La evidencia, que nos proponen los padres, nos conduce a la invidencia.
Virginia, el océano es grande, así que puede quedarse tanto cuanto usted quiera. Si no fuera grande, nos apretaríamos todos un poquito.
Don Micro, ¿habla usted por experiencia?
Primo,matar nunca, nunca que luego, Doña Flavia, se me asusta. A veces, mirando por la otredad, les dejamos ciegos.
Aro, Morenillo. Yo soy un puñetero.
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