"no es tan fácil quitarle las ganas de vivir a un muchacho de catorce años, sobre todo si está rodeado por compañeros de su misma edad más o menos, con los cuales comparte destino. Hay algo en él..., una ingenuidad incorruptible, que lo protege ante la servidumbre absoluta, ante la sensación de una desesperanza absoluta. En este sentido, a un adulto se lo puede quebrar mucho antes."
Imre Kertész: "Dossier K.", Círculo de Lectores.
De mal en peor
Hace 10 meses
16 comentarios:
Uh.
Eso, ¿iba por mí? Porque me describe un tanto...
Por eso no quiero llegar a ser "toda una adulta". No vaya a ser que resulte aún más fácil quebrarme de un solo golpe.
No sé si estoy muy de acuerdo con Kertész.
Los niños y los adolescentes son sumamente frágiles.
Leí, no hace mucho, Los patitos feos.La resiliencia: Una infancia infeliz no determina la vida. de Cyrulnik y me pareció demasiado optimista en sus conclusiones.
Creo que en Galicia describen a los chicos de esa edad con un nombre muy significativo: "rapaz", que no es más que una alegoría de la sabiduría humana aplicada.
La inocencia, la ingenuidad y demás sólo existen en la mente de los adultos, los pequeños la desconocen hasta que alguien los baja de su casa en el árbol.
Tristes experiencias que conducen al sometimiento humano y al pragmatismo maldito.
(Saludo)
No sé, me parece excesivamente generalizador. Hay jóvenes de catorce años que no son, en absoluto, ingenuos. A algunos, incluso los jueces les imponen órdenes de alejamiento de sus docentes...
Vale, eso sí, para los adolescentes sanos que son mayoría, pero no totalidad.
Don Micro, no creo que vaya por usted...
Dama Flavia, yo tampoco aspiro a ser adulta, sólo a no ser Peter Pan.
Winsta, dice Kertész también: "uno gusta recordar la infancia, por difícil y asquerosa que fuese aquella época." Yo estoy de acuerdo con usted en que una infancia infeliz no determina la vida, o con Cyrulnik, y me cansa la gente que alude a eso para excusarse por ser, ahora, malas personas.
No sé, anónimo, yo creo que mi sobrino es tan inocente que no mide la dimensión de sus palabras. Ahora lo va siendo menos.
Juan Antonio, bienvenido. Estamos de acuerdo, tanto que yo me licencié en Filología Hispánica y jamás he querido ejercer de profesora en institutos, me dan grima. Y me parece encomiable la labor de los profesores, desprotegidos y desprestigiados.
Hay cosas que se pierden para siempre. Por ejemplo, los adolescentes hacíamos concursos de a ver quién meaba más lejos... razón suficiente para entender lo poco lejos que hemos llegado en la vida.
Los sesentones, en cambio, ya no nos atrevemos a jugar a eso: al que no le cae el chorro vertical, como el hilo de una caña de pescar, se puede dar con un canto en los dientes.
Pero creo que, aunque no hay que ser peterpanes, es bueno a veces saber subdividir la propia edad. Algo así como las puntuaciones de Eurovisión: Conocimiento, 33 años; Esperanza, 3; Emoción, 7; Energía...
Si sirve de algo, Primo, yo trepaba a los árboles, contestaba a los profesores, jugaba al fútbol en un equipo de niños, también era la cabecilla de la pandilla de niños, leía a Dickens, le escribía cuentos a mi abuela y traía a mi madre de cabeza.
Ahora sigo trepando árboles, ya no juego a fútbol, contesto a mi jefe, no soy cabecilla de nada, no leo a Dickens y sigo trayendo a mi madre de cabeza.
Me gusta la subdivisión que haces de la edad. Peter Pan era un chantajista emocional. Prefiero a Wendy.
Que nada difumine tu mirada, tan necesaria en nuestros días...
Par
Haremos lo que se pueda,Par. Qué bueno tu regreso.
Las ganas de vivir, para mi, tienen que ver más con la manera de tomarse las cosas que con la edad... No obstante, y por si acaso, seguiré así, sin hacerme adulta.
Me quedo por acá. Besossssssss
Qué bueno, Laurópata que llegues y te quedes. Bueno, el mes viene es mi cumpleaños, ya te contaré...Jeje.
ummm, cierta conexión entre tu post y el mío, sobre un cuento de Onetti, "Bienvenido Bob" que de manera un tanto oscura y pesimista trata también de eso, del ímpetu y el poder de la juventud, cuando nos sentimos invencibles, capaces de comernos el mundo; y la derrota adulta, la conciencia de mediocridad y fragilidad en la madurez. Echale un vistazo, y dime qué te parece el poema.
bss
ETDN
Etdn, no sé yo si somos tan fáciles de vencer. Es evidente que somos más conscientes de nuestras torpezas y defectos, pero ¿fáciles de vencer? Mírenos, aún seguimos en pie y caminando.
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