Cada día estoy más orgullosa de ser lo que soy:
1.- Hija de mis padres (de las mejores personas que un@ puede conocer, sobre todo mi madre)
2.- Hermana de mi hermano (un tipo curioso)
3.- Amiga de mis amigos: un grupo de personas que valen su peso en oro)
4.- Española (de esa parte de España, claro, que está abierta al mundo, que es tolerate y la más solidaria del mundo)
5.- Y, desde luego, de ser NOVIA DE MI NOVIA.
Ayer llenamos las calles de Madrid para recordarles a los que se quedaron en la Edad Media y piden la vuelta de Torquemada y sus secuaces, que estamos aquí, que no les tenemos miedo, que vamos a pelear por nuestros derechos y que sólo nosotros, por mucho que les joda a esos señores de negro que, estando en contra de los gays no hacen más que dar por culo, que sólo nosotros tenemos esos principios cristianos que ellos perdieron entre sus montañas de dinero: amar al prójimo sin preguntarle a quién se lleva a la cama.
9 comentarios:
Al prójimo o a la prójima.
Enhorabuena, cielo. Sé que no hace falta que te diga que tienes mi apoyo, porque ya lo sabes y para qué abundar en lo conocido.
Un beso.
Lo sé, por eso eres mi hermano.
Pandilla de egeneraos y biciosos y alejados de Dios.
Firmado
Anónimo (conocido en la prensa como R.V.)
Señor R(oco) V(ifredi)nosotros no somos biciosos, sino BICIOSOS. No sé quién puede ser usted, vamos, ni la más mínima idea, pero debe saber que yo alejada de dios no estoy, ni mucho menos y que en cualquier colegio católico, apostático y románico le dirán que los niños con los niños y las niñas con las niñas, así que el engenderado es usted. Sin ánimo de ofender, claro.
Orgullosa con motivo, sin duda, eso es lo que estás. Adelante, la militancia jamás termina.
Ah, no. No ha entendido usted el asunto.
Esa es la educación sana que hemos propuesto de toda la vida.
Pero lo que pretendemos es los curas con los niños y las monjas con las niñas.
Eso sí, acierta en que a engenrundiadao y birrioso no me gana casi nadie.
Perdone que mantenga mi anonimato, pero mi dignidad elestiásica me obliga a ello.
Anónimo R.V.
Dama Flavia, jamás. Seguimos en la lucha, eso sí, sin armas. Esas se las dejamos a los demás. Un beso de admiración que no he llegado a decirle a usted que su libro me ha encantado.
Estimado Anónimo, veo que es usted un recalcetinte, así que no voy a molestarme en hacerle ENTENDER, ¿pa'qué si todos esos que usted sugiere ya lo hacen?
Oiga, que yo entiendo lo mío y también me enorgullezco.
¡Anda que...!
¡Brava!
:D
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