domingo, 11 de noviembre de 2007

VACIO

Para Nán, mi Primo, para que no mire los escaparates y Marina por ser la sonrisa más acogedora de Madrid y porque la vamos queriendo más y más.
De tener la nariz metida entre las manos voy calentando el aire que se hace pesado y titubea y se desdice.
Hay un hueco en mitad de mi pecho que transcribe palabras y sostiene mentiras que no son mías, que alguien distinto me lega.
Razones para empezar, para amanecer cualquier día de estos, para sostener en mi mano tu corazón y aquel hueco de tu vientre.
Vacío...
Estaciones de trenes que cobijan destinos a algún lugar. Ciudades donde no hay vida, ni gentes que trasnochan más allá del crepúsculo.
Yo no siento tu cuerpo o tu saliva. Me siento tan cansada de ir trastabilleando. No soy, no estoy, no me busques...
Es hora de empezar a construir desde el vacío. Nada. Silencio. Ya es algo el silencio.
Se trata de vaciarnos, de no ser nada, de no esconderse nunca porque eso implica una corporalidad que yo estoy negando. Negándonos.
En la hondonada, en las fuerzas escasas, en ese porcentaje vacío que lleva al universo a ser una gran mentira desde estos ojos, los nuestros, que se empeñan en llenarlo todo.
Decimos vacío y el miedo nos trepa rodillas arriba. Desde siempre, es decir, desde que me intuyo pequeña, cuando crecí hasta darme cuenta de que no tengo importancia, digo vacío y tiemblo.
Pero, si ya está lleno, si no queda hueco para nada más, si llevo exceso de equipaje o tan sólo bolsa de mano, ¿qué puede ser nuevo? ¿Nada, todo?
Un terror.
Una certeza.
Vacío...

14 comentarios:

Lara dijo...

Y luego asomarse al vacío total la nada sin saliva, y ver tu carita allí abajo sonriendo... ¿qué más puede pedir uno?

Un beso, reina.

Anónimo dijo...

Cuando me encuentro un gran texto, como este, dejo de mirar escaparates.

Porque cada lleno es una bola llena de vacío que puede contener bolas que vuelven a estar llenas de vacío. Que a su vez... Y hay que decirlo bien dicho, como haces tú.

¡Ole mi Prima!

Anónimo dijo...

Pues a mí el vacío me da un poco de frío. Es lo que tiene tener un hermano astrofísico...

Arwen dijo...

Hablando del vacío, el sabado pasado me enteré en el concierto que dio en el Pay Pay Daniel Drexler que (según le dijo su prima, que es física)el vacío está lleno de energía en un 70%...
No me cabe en la cabeza... Si es vacío ¿cómo es que está lleno de algo?
Llevo sin dormir desde el sábado...

Anónimo dijo...

No me extraña Arwen. Esas cosas dejan fuera de juego a cualquiera

zöe riudavets dijo...

Uy, qué lio. Yo entendí que el 70% del universo es vacío... y otro nosecuantos porciento era otra cosa desconocida, y que al fin y al cabo sólo conocíamos el 4% de las cosas existentes....más o menos. Nusé

Anónimo dijo...

Asomarse al vacío siempre da vértigo, Niña Lara, pero todo es más fácil si me acompañas.

Gracias, Primo

Pues nada, Don Micro, se acerca usted y nosotros le damos calorcito.

Si es que lo del vacío no está nada claro, Dama Arwen. Por cierto, ahora va a ser que todos tenemos un primo que habla demasiado. Je.

Al fin, Ayla en mi blog! Cuánta súplica a mediado...

Yo creo que entendió usted bien, Zoe. Me da a mí, no sé, es que esa noche estaba tan vacía... Juajua.

Anónimo dijo...

"Decimos vacío y el miedo nos trepa rodillas arriba"

Y tan pequeñas nuestras rodillas. Y tan grande el miedo. Y tan inmenso el universo que nos provoca, que nos atrae, que nos lleva con él. Y son tantas las estrellas que adornan mi ventana! Y tan lejos! Y la vida, y la muerte, y las personas... y nosotros mismos, y perdernos, y escapar, y volver y no regresar nunca...

Y un huequito en medio del pecho (miento, a la izquierda) que siempre, siempre, siempre tendra gotas de sangre.

Quedarse en silencio y escucharle latir.



Tus textos son tan tuyos, que llego a sentirlos muy míos.


Te quiero :)

Anónimo dijo...

Yo me imagino la energía recorriendo el tiempo, pero sin ocupar espacio. Así que el 7, el 70 o el 100%, sigue enorme el hueco hostil. No el que buscaba Prim para huir de Brezo. El que te da miedo (y no debería).

Decimos vacío y se repuebla el jardín.

Anónimo dijo...

En realidad, el concepto de vacío da miedo por el vértigo. Es como el folio en blanco. Cuando tenemos un abanico de posibilidades enormes da vértigo. Si nos dirigen, si nos dicen que sólo hay un camino nos quedamos más tranquilos.

Es curioso, ¿no? Preferimos perder nuestra libertad en beneficio de nuestra tranquilidad.

Espero no ser así, y si lo soy, que alguno me de una colleja.

Anónimo dijo...

Las montañas de las rodillas dobladas tienen la cueva de los tesoros donde se esconden las armas para enfrentarse a los vacíos del mundo.

También, por tanto, para el vacío de los mundos del sentimiento. Ese que tanto duele, sobre todo a los que nos miran, que no a nosotros mismos, salvo que seamos demasiado "nosotros mismos".

Tenemos (en nuestro sofá, en nuestras cuclillas casi fetales y con las orejas entre las piernas) a la vista todo lo necesario. Sólo hay que invitar a nuestra cabeza a salir con los útiles precisos para vivir, y mandar a los miedos y vacíos a orearse con el levante que los trajo.

Buenas tarde(s)

Anónimo dijo...

Ante todo, gracias; tú sabes por qué. Tus palabras me inspiran y eso no es tan fácil. Los detalles de la historia no importan demasiado, aunque el dolor siga coleando. Te (os)la sigo debiendo, y es la excusa para próximos encuentros. De momento, y en agradecimiento, este poema inspirado por tu post.


LA VIDA POR DELANTE

Digo vacío y tiemblo.
Mis manos, desnudas, no tienen fuerzas.
Empezar a construir desde el vacío.
Cuesta hasta pensarlo
y sin embargo hay que hacerlo.
Aunque no sienta nada,
aunque escapen las razones,
aunque mi equipaje
sólo esconda ropa usada
raída de desconciertos
y lunas viejas
que no iluminan las noches.

Digo vacío y tiemblo.
Mi soledad no está hecha de miedo,
sino de valentía
aunque duele igual
porque el presente se viste de certezas
que preferiría ignorar.
Pero elegí abrir los ojos
y aquí estoy,
con mi maleta de recuerdos
que no hay manera de esconder.

Digo vacío y tiemblo.
Pero siempre hay manos
dispuestas a tomar las mías
y llevarme a la orilla de un mar del sur
o a una barra de bar
o a una pantalla llena de palabras
para recordarme
la vida que me queda por delante.


Miles de besos y gracias reiteradas.

Se os quiere.

Marina.

Anónimo dijo...

Ana, el cariño es mutuo, ya lo sabes. No tengas miedo sobre todo porque no estás vacía.

El miedo, Primo... ¿Cómo combatirlo? Sólo andar hacia adelante, esa es la sentencia.

Anónimo, gracias por orear los miedos al levante.

Marina, pa'lo que usted quiera. No me agradezca nada. En todo caso, soy yo la que tiene que estar muy agradecida de que cuelgues en mi blog ese precioso poema.

Buenos días a todos.

Anónimo dijo...

"El miedo se hizo carne y habitó entre nosotros".

Creo que esta frase la conocemos de otra manera por culpa de una mala traducción.

Yo lo llevo encima todo el día, como el bigote que luzco. Y no me molesta (el miedo; el bigote sí, algunas veces). Por la noche, es otra cosa.